El mantenimiento correctivo es la actividad técnica ejecutada cuando sucede una avería y tiene como objetivo, restaurar el activo para dejarlo en condiciones de que pueda funcionar como se pretende ya sea con su reparación o sustitución.

¿Sabías que más del 80% de las averías son eliminadas por un mantenimiento regular?

No hay que esperar a las averías

Por un lado, si se utiliza por si mismo con una lógica de «funcionar hasta fallar», no se ejecuta ninguna acción preventiva sobre los equipos que son dejados deliberadamente hasta que tienen una avería o desgaste de una pieza, la cuál se repara o substituye después.

 

Esta estrategia es ideal para equipos de baja prioridad, es decir, aquellos sin los cuales las operaciones de la empresa pueden continuar funcionando con normalidad. También se aplica a equipos de poco valor cuyo mantenimiento regular podría acabar costando más que una sencilla reparación o substitución.

 

¿Cuáles son las desventajas?

  • Impredecibilidad: No se vigila el equipamiento después de la compra, por eso los fallos subsecuentes son altamente impredecibles.

 

  • Operaciones paradas: Fallos inesperados pueden resultar en materiales indisponibles y, por eso, retrasar el tiempo necesario para una reparación lo que aumenta el tiempo de inactividad del equipamiento.

 

  • Equipamiento no maximizado: Esta abordaje no protege o cuida del equipamiento lo que reduce la vida útil de los activos;

 

  • Costes más elevados a largo plazo: Se aplica el mantenimiento correctivo cuando se siente que los costes de reparación en casos de fallo serán menores que la inversión necesaria para un mantenimiento planificado. Pero eso no siempre es así. Cuando acontezca un fallo «catastrófico»,  puede causar efectos negativos sobre la reputación, satisfacción del cliente, seguridad e impedir la capacidad de gestionar una empresa productiva e eficientemente.